El precio de la fama






Tras leer a Platón, tras leer los libros de la República, tras leer la alegoría de la caverna la cual pretende poner de manifiesto el estado en que, con respecto a la educación o falta de ella, se halla nuestra naturaleza, es decir, el estado en que se halla la mayoría de los hombres con relación al conocimiento de la verdad o a la ignorancia. Así, los prisioneros representan a la mayoría de la humanidad, esclava y prisionera de su ignorancia e inconsciente de ella, aferrada a las costumbres, opiniones, prejuicios y falsas creencias de siempre.
Uno se pregunta cuantas cavernas pueden existir, en cuantas realidades relativas nos vemos sumergidos. ¿ Desde cuando ganar no fue suficiente?, ¿por qué esa ansia de obtener, de ni saciar nuestros límites hasta los extremos? La fama no es mas que la exaltación de esas ansias de querer siempre ser más, de no establecer límites y querer ser reconocido por ello.
 Millones de personas ambiciosas persiguen algo diferente del poder y del dinero. Quieren encender la mirada de los otros, entrar en un cuarto lleno de gente y sentir que la conversación se detiene. Están muy ocupados presentándose en programas de televisión, hablando de su último proyecto, como para satisfacer un deseo tan obvio que es invisible.
En los centros urbanos, el impulso de sobresalir tiende a estar orientado a la celebridad. Estudios realizados en ciudades chinas y alemanas encontraron que el 30% de los adultos dice tener ensoñaciones rutinarias acerca de ser famosos, y más del 40% espera disfrutar una dosis pasajera de fama -sus "15 minutos de fama", como dice la célebre frase de Andy Warhol-, de acuerdo con los datos analizados por Brim.
Terapeutas e investigadores han seguido las huellas de esta ansia de renombre hasta sentimientos residuales de rechazo o descuido. Después de todo, la celebridad parece un bálsamo perfecto para la herida que deja la exclusión social o el abandono de padres física o emocionalmente ausentes.

Las probabilidades de alcanzar algún grado de notoriedad -un Premio Nobel, un Oscar, una placa del Hall de la Fama- son tan remotas que no sorprende que las ambiciones frustradas resulten en un problema psicológico.

Las probabilidades de alcanzar algún grado de notoriedad -un Premio Nobel, un Oscar, una placa del Hall de la Fama- son tan remotas que no sorprende que las ambiciones frustradas resulten en un problema psicológico.

Comentarios

  1. La idea es buena, las fuentes de inspiración también, pero una cosa es inspirarse y otra es copiar párrafos enteros de una publicación digital (http://www.lanacion.com.ar/839020-por-que-tanta-gente-se-desvive-por-ser-famosa). Tu capacidad para discurrir es incuestionable. Tu interés no se discute. Tu desparpajo es evidente. Ya solo falta que leas filosofía (hemos hecho muchas propuestas al respecto) para empezar a pensar que haces filosofía

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